Minimalismo 101: libros

Siempre me gustó leer. Y a mis padres también. Por lo que crecimos viendo sus bibliotecas rebosantes de libros. Libros pequeños, con ilustraciones, con el lomo ajado, con hojas muy amarillas.
Así a medida que se presentaba la oportunidad siempre pedía que me regalen libros, muchos de ellos parte de sagas que fueron llenando los estantes que tenía en mi habitación… Hasta el momento que ya no entraban más.

A pesar de la falta de lugar y siempre caía en la tentación de un libro nuevo y entre nos, no todos los libros de mi biblioteca los había leído. Cuando comencé con el minimalismo hice limpieza de todo, ropa, maquillaje, papeles, pero nunca me animaba a hacerlo con los libros en parte porque en mi casa nunca había visto que se tirara un libro.

Recién el año pasado decidí hacerle frente a la biblioteca mientras hacía el tercer desafío minimalista y haberme tomado mi tiempo dio sus frutos, porque pude deshacerme de unos libros.

¿Es necesario tirar todos los libros en el camino al minimalismo? ¡Para nada!

Algo que aprendí después de un tiempo es que hay personas que coleccionan ciertos objetos y aún así son minimalistas, se puede tener una biblioteca llena de títulos y considerarse minimalista, simplemente porque en una de las deficiones de minimalismo que más resuenan conmigo es la de “hacer espacio para lo importante” y eso puede ser algún objeto material además de los vínculos y experiencias intangibles que atesoramos.

Además de ser bellos y requerir mucho espacio para tenerlos, los libros tienen un impacto ambiental. En los últimos años muchas editoriales comenzaron a trabajar con papeles de deforestación certificada FSC, que es papel proveniente de árboles que son reforestados (se vuelven a plantar) para no disminuir el espacio de bosque natural. Incluso, algunas editoriales como Inguz Editorial optan por una mejor opción que es la del papel reciclado. Pero para los dos casos se necesitan talar árboles en primer lugar lo que puede tener una connotación negativa ya que los bosques son un ecosistema esencial para la mitigación del cambio climático.

En ese caso la opción de los e-book, kindles y las opciones digitales son otra opción que estuvo ganando terreno en los últimos años. En este artículo de Adsl Zone encontré la mejor versión resumida de la historia del libro electrónico.

A su favor principalmente está la de que no necesitan papel, en un dispositivo podés cargar muchos libros, ocupa menos espacio y lo podés transportar a donde quieras.
Pero… Si nos fijamos en detalle no parece que sea la mejor opción:

• La huella de carbono de un ebook/kindle es de aprox 168kg mientras que la de un libro es 7,5kg
• Quiere decir que para equivaler el gasto un lector de ebook deberia leer entre 22 o 23 libros más que alguien que lee libros de papel
• Se podría decir que un ebook/kindle tiene menor impacto si le dueñe del dispositivo leyera al menos 44 libros antes de cambiarlo
• Si bien los libros de papel implican tala de árboles, uso de agua dulce y en varios países ocupan un gran lugar en los rellenos sanitarios el impacto de producción sigue siendo menor que el de un ebook/kindle
• Hay que tener en cuenta que si se rompe el kindle/ebook y no es posible repararlo hay que elegir una forma apta de reciclaje o recuperación del electro.

A diferencia de los libros de papel que podemos donar, vender o regalar sin problema. Entonces ¿cómo seguimos leyendo con el mejor impacto ambiental y el minimalismo?
La mejor opción que encontré fue el pedir prestado y comprar usado. En primer lugar me propuse a leer todos los libros que ya había en mi biblioteca así que revisando los títulos en los últimos dos años los libros que leí fueron todos de casa y prestados.
– Para comprar usado, hay muchas opciones: desde las ferias en las plazas que son más frecuentes en Capital Federal como Parque Rivadavia y Parque Rivadavia.
– En redes sociales podés encontrar librerías independientes o emprendimientos como Broche y Drilococo de libros infantiles, también en Mercado Libre hay una gran oferta de libros.

En la mayoría de los casos los libros que podemos conseguir usados no fueron publicados recientemente, por lo que si estamos al tanto de las publicaciones de nuevos títulos o trabajos de ciertos autores es posible que no lo consigamos.

También hay otros factores a tener en cuenta como el cansacio de la vista o incluso el olor de los libros que no podemos imitarlo con algo digital (:

Fuente: ‘Print or digital: it all has environmental impact’: eomega.org
‘The enviromental impact of Amazon’s kindle’: tkearth.com

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